Los cuentos populares son un tipo de historias muy adecuado para explicar a nuestros pequeños ya que despiertan su imaginación y desarrollan su capacidad de prestar atención. Todos estos cuentos tienen una serie de características comunes que hacen que los niños desde bien pequeños sientan atracción hacia ellos.
Son historias universales se han transmitido oralmente de generación en generación desde hace años. Todos conocemos como evoluciona la trama de cada una de ellas.
Estructura de los cuentos clásicos
Son historias con una estructura narrativa del tipo inicio, nudo y desenlace, lo que produce a los niños cierta seguridad al encontrarse una historia cerrada a la que no le falta nada.
Los más pequeños necesitan una historia cerrada donde el conflicto inicial se resuelve. Esto les permite entender que todo problema tiene una situación.
Prácticamente todos ellos finalizan con un desenlace positivo para los protagonistas, dejando a un lado a los malos, como es el ejemplo del lobo en muchos cuentos. Esto permite trabajar con ellos que el bien siempre vence al mal.
A continuación puedes ver una selección de los mejores cuentos clásicos para contar a tus pequeños.
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- Aprenderán que la verdadera belleza reside en el interior
- Educa en igualdad, a pesar de las diferencias
- Lectura facilitada con textos simplificados y tamaño de letra grande
Los mejores escritores de cuentos clásicos para niños
Hans Christian Andersen
Hans Christian Andersen nació en Odense, Dinamarca, el 2 de abril de 1805. Pertenecía a una familia pobre y humilde con pocos medios.
Con 14 años partió hacia Copenhague para probar suerte en lo que era su gran pasión: el teatro.
Tras varios años, consiguió escribir su primera obra de forma anónima llamada el niño moribundo. A partir de entonces comienza tener éxito y sus poemas se publican en algunos diarios de la época. También presenta sus primeros trabajos en prosa.
Tras visitar Francia e Italia, en 1835 publica el primer fascículo de los cuentos de hadas, contados para los niños obteniendo tan gran aceptación que muchas de sus obras permanecen en nuestro repertorio desde entonces.
Cuentos como La Sirenita, la pequeña vendedora de fósforos, el patito feo o pulgarcita son historias que poseen una fama universal tanto en niños como en adultos, debido al sentido moral y filosófico de cada historia.
Tanto es así, que sus cuentos han sido traducidos más de 120 idiomas.
A pesar de que muchos de sus cuentos están basados en tradiciones populares mitológicas extraídas de diversas fuentes o en experiencias particulares, la mayor parte de las historias son pura invención de Andersen.
Están tan llenas de fantasía que muchos de sus protagonistas son seres inanimados como por ejemplo el soldadito de plomo.
En sus historias se transmiten valores, virtudes y justicia así como la eterna lucha entre el bien y el mal o el poder del amor sobre el odio.
Igualmente, en muchas ocasiones los personajes más débiles reciben ayuda de alguien como un hada madrina u otro ser fabuloso y finalmente se premia su valor y su virtud.
Por todo ello y mucho más, se considera a Andersen como uno de los grandes genios de la literatura universal dirigida en principio al público infantil aunque son narraciones aptas para cualquier nivel y edad.
Hermanos Grimm
Los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm nacieron en 1875 y 1876 en Hanau, Hesse (Alemania).
Ambos eran catedráticos filología alemana y ya antes de los 30 años destacaban por sus publicaciones y cuentos.
Fueron profesores universitarios en varias universidades y algunos de sus estudios sobre la gramática alemana han ejercido gran influencia sobre los estudios contemporáneos de lingüística.
Son conocidos también como impulsores del diccionario de la lengua alemana, con etimologías y ejemplos de uso del léxico alemán.
En 1803 se despertó en ellos el interés por los cuentos tradicionales y empezaron a elaborar y recopilar cuentos de tradición oral.
Entre 1812 y 1822 los hermanos Grimm publicaron los cuentos infantiles y del hogar, una colección de cuentos recogidos de diferentes tradiciones a menudo conocida como los cuentos de hadas de los hermanos Grimm.
Estos textos censuraron algunas de sus partes debida a la extrema dureza de alguna de sus partes puesto que, en un principio ellos defendían que sus cuentos no estaban dirigidos para niños
Para satisfacer las exigencias del público de la época cambiaron algunos detalles, como por ejemplo, la madre de Hansel y Gretel paso a ser una madrastra, puesto que abandonar a los niños en el bosque no coincidía con la imagen habitual de madre de la época.
Igualmente hubo que omitir alusiones sexuales explícitas.
En 1812 editaron el primer tomo de cuentos para la infancia y el hogar en el cual publicaban toda su recopilación de cuentos, seguido de sucesivas ediciones, aunque tardaron en venderse.
A partir de 1825 incrementaron sus ventas gracias a una edición destinada para lectores infantiles.
Fue entonces cuando descubrieron que su público era principalmente el infantil y comenzaron a suavizar sus cuentos.
Hasta ahora sus colecciones han sido traducidas a más de 160 idiomas y son usadas hoy en día en el teatro, el cine, la pintura y un largo etcétera.